Fuego Liquido

Fuego Liquido
Muchas veces creemos que el agua es fría y gélida, por lo que es mala. Otras tantas pensamos que el fuego es candente y peligroso, y es malo. Pero, los dos dan vida, entonces, ¿fuego o agua?

++Frase Aleatoria++

No importa lo que haga, cada persona en la Tierra está siempre representando el papel principal de la Historia del mundo. Y normalmente no lo sabe

junio 26, 2008

Separación

-No me mires así- le reprocho ella- La decisión ya esta tomada. Puedes despedirte.
Las lagrimas caían por las mejillas del hombre, y tanto su ceño como su boca, fruncidos, indicaban que sufría, profundamente. Sus manos entrelazadas con fuerza, sudando helado. Cabello alborotado, por haberse tironeado tanto, con desesperación. Con aspecto demacrado, el suplicó:
-Por favor, Emilia, no hagas esto- su voz sonaba pastosa, anegada por las lagrimas que ya no contenía- No me hagas esto. No podré vivir sin…
-Cállate- le espetó la mujer, haciendo caso omiso del gemido del hombre al verla tan fría- No me interesa lo que tengas que decirme. La dedición no cambiará, así que te recomiendo que te despidas cuanto antes, porque me estoy hartando, y no quiero retrasarme.- guardó un minuto de silencio y, al ver que él no se movía más que los espasmos de dolor que lo hacían tiritar, se acercó a la puerta de la casa, empujándolo hacia un lado- Apártate. Has perdido tu turno. Me voy.
El la detuvo, llorando desesperado.
-Está bien- murmuró- Sólo un minuto.
La mujer asintió con la cabeza, secamente, y salió de la casa, dejándolo adentro. El hombre, conteniendo la respiración, se agachó suavemente, y acarició el cabello de una pequeña que lo miraba con ojos llorosos, abrazando fuertemente un oso de peluche.
-Amor…- murmuró el padre, tragando saliva para no llorar- Mi pequeña… Te irás con mami, ¿de acuerdo?
La niña no se inmutó, sino que, en cambio, se lanzó a los brazos de su padre, sollozando en su hombro.
-No quiero irme, papi- gemía, aprentándole con fuerza- No quiero irme…
-Mi niña…- susurró él a su oído- Ya has oído a tu madre. Debes irte con ella.- las lagrimas volvieron a caer, por mas que intentó evitarlo- Te prometo que nos veremos de nuevo, ¿si?
-No te quiero dejar- murmuró la niña, dejando caer el peluche al suelo- No me quiero ir…
-¡Ay! Mi pequeña hermosa- él la estrechó con fuerza entre sus brazos, intentando grabar cada sensación dentro de su mente- Jamás te dejaré, ¿de acuerdo? Siempre estaré contigo, porque te amo, y no dejaré que me olvides.
-Nunca te olvidaré, papito- sollozó la pequeña, y sus palabras terminaron de romper las defensas del hombre. La apretó con fuerza, sintiendo cómo su corazón se quebraba en mil pedazos. Luego, sin querer alargar más la agonía a su niña, la alejó suavemente de sí, parándola al frente y tomándola por los hombros.
-Te amo.- intentó inyectar a su voz todo el matiz de seguridad que pudo- Te amo mucho, hija mía. No te dejaré, te lo prometo.
Ella asintió en silencio, llorando mientras contemplaba a su padre.
-Y ahora, niña, ve donde tu madre, que te espera- la apremió él, sonriendo tristemente.
-¿Irás a verme?- preguntó la niña, mientras se daba la vuelta para salir de la casa.
El titubeó un segundo.
-Claro, claro que sí, pequeña- murmuró, aguantando las lágrimas- Siempre iré.
Ella volteó la cabeza, y le sonrió, con inocencia y amor.
-Te quiero, papi- y salió de la casa, llorando.

Una vez que el ruido del motor del auto se hubo apagado por completo, el hombre entró en la casa, y cerró la puerta. Encendió una luz y miró entorno.
Un suspiro rompió el silencio, mientras, unas calles más allá, una niña sollozaba en silencio, con su rostro pegado a la ventana, y un oso de peluche entre sus temblorosas manos.

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